Distintas necesidades
Nos puede pasar a los 22 años, a los 34, a los 45, en algún momento de nuestras vidas, nos hemos planteado la posibilidad de hacer un Máster o un curso de especialización, podemos llegar a este punto por diferentes vías.
- Una vez hemos finalizado nuestra etapa universitaria queremos complementar y especializar nuestra formación, tenemos la experiencia de compañeros de promociones anteriores con dificultades para insertarse en el mercado laboral, tener un Máster ha pasado de ser una ventaja competitiva y ser un requisito para muchos perfiles de puestos de trabajo.
- Profesional que quiere reciclarse, actualizar y/o ampliar sus conocimientos con los que consolidar su puesto de trabajo, cambiar de puesto de trabajo y en todo caso mejorar notablemente sus perspectivas de trabajo futuro. Como en el caso anterior, las salidas profesionales serán nuestra prioridad.
- Por simple motivación personal o interés un área concreta de conocimiento, en muchos casos, a esta vía se llega después de haber terminado los estudios universitarios y llegar a la conclusión de que no se quiere dedicar el futuro profesional a lo estudiado en la etapa universitaria. También, profesionales que quiere dar un giro radical a su carrera profesional, los cuales, habitualmente buscan por fin dedicarse a su vocación primigenia.
- En tiempos difíciles laboralmente como los actuales, muchas personas que podríamos englobar según sus motivaciones en los dos grupos anteriores, que tienen incertidumbre respecto al futuro, han perdido su puesto de trabajo o quieren reorientar su carrera profesional.
Es evidente que las empresas quieren a los mejores, los mejores profesionales de cada sector son los que están mejor formados, así que a lo largo de la carrera profesional deberemos formarnos, estos profesionales van a ser los más demandados por las empresas.
Estamos en el punto “quiero hacer un Máster”, la elección no debe hacerse impulsivamente, se requiere un tiempo de reflexión y de búsqueda, es prioritario que la elección del centro y el programa casen perfectamente con las expectativas, el esfuerzo tanto económico como en tiempo que supone cursar un Máster no se puede tomar a la ligera, la elección será el resultado de un proceso multifactorial en el que dependiendo de las circunstancias de cada persona tendrán mayor o menor peso las siguientes variables:
¿Presencial, e-learning o mixto?… ¿Virtual?
Modalidad: ¿Presencial, e-learning o mixto? Es evidente que la modalidad presencial nos aportará una mayor red de contactos, un feedback con profesores y compañeros que a pesar de los avances y herramientas de la formación online siguen siendo un aspecto clave a favor de la formación presencial. Pero para quienes no pueden asistir a las clases presenciales por falta de tiempo o por motivos geográficos, los programas on line serán la opción más viable.
En la formación presencial, tendremos que avaluar si se requiere una dedicación exclusiva o full time que exigen plena dedicación, los executive tienen horarios que se pueden compaginar con la actividad laboral. La elección de uno u otro determinará en parte el tipo de compañeros de clase que se tendrán.
La pandemia que hemos sufrido ha supuesto un avance espectacular para un tipo de formación que estaba dando sus primeros pasos, la formación virtual, a grandes rasgos tememos la misma metodología que en el presencial, pero hacemos uso de la tecnología para poder asistir a clases en directo a través de herramientas de videollamada en combinación con un campus virtual.
Según la experiencia de IMQ Ibérica como escuela de negocios en las diferentes modalidades, el factor determinante de aprovechamiento de un programa Máster está en el esfuerzo del alumno, si la “libertad” del alumno online o virtual está unida a la constancia, el rendimiento y beneficio para el alumno es similar al de las modalidades presenciales, los estudiantes brillantes on-line no son una excepción.
En todas las modalidades, el retorno al alumno será directamente proporcional a la dedicación, tenacidad e interés que ponga en ello.
Elección del programa
En la elección del programa, es indiscutible que dependiendo de la vía a la que se llegue al “quiero hacer un Máster”, tendrán mayor o menor peso diferentes características del programa.
La empleabilidad será fundamental en algunos casos, aquí deberemos analizar las perspectivas profesionales, este es un criterio importante, pero no resulta fácil de concretar, ya que el mercado laboral actual es extremadamente dinámico.
Normalmente, las personas recién graduadas seleccionarán programas generalistas que nos abrirán el abanico de inserción laboral dentro de la empresa, dentro de este tipo de programas en gestión de empresas, finanzas, marketing, recursos humanos y gestión de sistemas. El mercado profesional, además de requerir personas con una base de conocimientos técnicos, cada vez reclama más a profesionales con unas buenas competencias transversales que les permitan ser capaces de adaptarse a los cambios y a las nuevas necesidades empresariales.
Para los que ya han iniciado su carrera profesional y dependiendo de las motivaciones que indicábamos anteriormente, el listado de programas especializados es innumerable, abarcado diferentes áreas empresariales, áreas de conocimiento o las más variopintas vocaciones u otras más tradicionales.
Independientemente de la vía por la que hemos llegado al “quiero hacer u master”, la elección de la escuela de negocios después de un análisis de las diferentes variables a ponderar debe cumplir nuestras expectativas.
La misión de IMQ Ibérica Business School, es mantenerse a la vanguardia en ofertas formativas, teniendo la empleabilidad como principal referente, hecho fundamental de la oferta formativa que oferta y las amplía hacia nuevos campos de conocimiento con una importante demanda de profesionales en el mercado laboral.
El diseño de los programas formativos es elaborado y revisado por profesionales en activo que están en continuo contacto con el mercado laboral y conocen de primera mano las necesidades de empresas, organizaciones e Instituciones Públicas. El carácter eminentemente práctico de los programas permite al alumno adquirir competencias perfectamente extrapolables a la realidad de las empresas.